Haciendo un llamado a aprender, observar y a mantener la humildad en sus diferentes periodos de prácticas inició su saludo el Decano de la Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades Dr. Juan Manuel Fierro a los estudiantes de las diferentes pedagogías en la ceremonia de iniciación de la línea de prácticas, quienes se aprontan a emprender su práctica inicial, intermedia o final en diversos establecimientos de la ciudad de Temuco y alrededores.
En sus palabras, el decano también rescató esta etapa que emprenden los jóvenes como un periodo de aprendizaje que se estima puede entregar aún más conocimientos que en la clase teórica o durante el proceso de formación clásico. “Tenemos que tener la más profunda convicción de que no todo el saber, conocimiento o dominio de los escenarios descansa en la universidad, hay un saber, un dominio, una dimensión de experiencia de vida que está presente en los colegios y necesitamos vincularnos con ese saber, el de la cotidianeidad en el ejercicio y desarrollo de la función pedagógica. Es a ese ejercicio que van ustedes, a ser embajadores de la Universidad de La Frontera, por lo que las tres etapas de la línea de prácticas que se inician deben ser tomadas con la seriedad y humildad de quien está seguro de lo que tiene que hacer: observar y aprender de la experiencia, con la mente abierta y espíritu de colaboración” señaló el decano Fierro.
Por su parte, Edgardo Parra, director de la Escuela de Pedagogía, señaló que confía en el éxito que puedan alcanzar los jóvenes estudiantes, el que se fundamenta en una primera instancia en la calidad formativa que estos han recibido, además de hacer hincapié en su vocación y de instarlos a empujar los horizontes de lo posible en el conocimiento y de los procesos formativos.
“Este es un proceso tiene que ir acompañado por una reflexión, ustedes van a juntar dos mundos, la teoría con la práctica, la academia con la vida real en el aula escolar. El desafío es grande pero prometedor. El país está exigiendo de nuestra profesión excelencia y calidad, ni más ni menos de lo que debe dar esta profesión, para algunos la más importante para un país ya que es la que hace la diferencia, la que nos puede llevar a dar este salto cualitativo como sociedad a través de la educación. Ustedes, futuros profesores, van a marcar vidas, por lo que los invito a tomar este nuevo paso con mucha fuerza e ilusión. La Escuela de Pedagogía y todas sus carreras están aquí para ayudarlos en todo este proceso” señaló el director.
La ceremonia también incluyó la charla motivacional de Juan José Gutiérrez y un espacio musical a cargo de la joven pianista local Claudia Roa.
Un proceso con reflexión pedagógica
Con una malla innovada en concordancia con la Ley 20.903 de Formación Inicial Docente, el plan de estudios de las pedagogías incluye prácticas tempranas y progresivas las que comienzan a partir del 4° semestre de la carrera. Asimismo, estas prácticas cuentan con dos ejes formadores: progresivas con objetivos muy bien definidos acorde al nivel y que se encuentran insertas en un proceso de reflexión pedagógica.
“Toda práctica debe llevar un proceso de reflexión pedagógica que creemos es el mejor proceso formativo. La literatura reporta que es lo más valioso que uno puede hacer como cierre cuando hace una práctica, porque la teoría uno la va adquiriendo pero el proceso de formación pedagógica una vez que tu probaste y conociste el entorno profesional donde te vas a desarrollar, vas haciendo un proceso cognitivo de reflexión a partir del cual te vas dando cuenta de tus dudas y falencias, tus puntos débiles y donde debes ir apoyándote con mayor certeza” señaló Parra.
Cada práctica incluye un mes de planificación previo y dos meses de ejecución en los establecimientos por parte de los alumnos quienes trabajarán en compañía de un tutor. Durante este proceso, cada estudiante debe generar un portafolio con evidencia, el que será presentado en la Universidad durante el cuarto mes. En esta etapa, el trabajo del profesor de cada asignatura será crear la estrategia metodológica más pertinente que invite tanto al practicante como a sus pares a reflexionar sobre el trabajo emprendido, ejercicio que generará un análisis conjunto de evaluación, a través del cual se profundizará en los aciertos y desaciertos de las acciones emprendidas de acuerdo a la planificación y objetivos trazados en la primera etapa de cada periodo de práctica.
Escrito por María Carolina Oyarzún Escuela de Pedagogía© 2016 Universidad de La Frontera